«¿Hay negros en Argentina?» es una pregunta bastante frecuente. Empezaré diciendo que SI, hay personas negras y afrodescendientes argentinas fruto de la trata esclavista entre los años 1514 a 1816, y de las migraciones internacionales históricas y contemporáneas. Se estima que durante el periodo virreinal unas 60 mil personas esclavizadas fueron desembarcadas en el Río de la Plata y la mayoría se quedaron en Buenos Aires, Montevideo y zonas vecinas (Borucki, 2009). En la actualidad, las organizaciones que nuclean a personas africanas y afrodescendientes, estiman que en la República Argentina son alrededor de 2 millones.
Sin embargo en la sociedad argentina se reflejan procesos de invisibilización histórica de estas poblaciones, que han participado de las guerras y batallas de independencia, que construyeron la identidad cultural a través de ritmos musicales y expresiones que fueron apropiadas. La falta de registro en los censos nacionales que identifique las poblaciones afrodescendientes en nuestro país es una forma de racismo institucional que de a poco se está modificando a través del fortalecimiento de las organizaciones sociales afro y la ley 26.852 que reconoció el 8 de noviembre como “Día Nacional de lxs afroargentinxs y de la cultura afro”.
¿Cómo identificar el racismo del día a día?
Reconocer prácticas racistas del cotidiano no siempre es una tarea fácil sin la comprensión del racismo de una forma general. Pero hay maneras de identificarlas para poder cambiarlas.
Las frases “trabajo en negro”, “plata en negro”, “me están negreando”, “tuve un día negro”, vinculan la negritud con cuestiones negativas, malas e informales. Esto trae consecuencias en la construcción de las identidades de estas poblaciones, ya que nadie, simplemente por su color de piel, quiere ser relacionado con estas prácticas. Abolir este tipo de frase es pensar más allá de la intención.
Por otro lado, solemos usar la palabra Quilombo como sinónimo de lío, problema, falta de armonía. Pero en realidad esta es una palabra que para las poblaciones afrodescendientes es lucha y resistencia. El quilombo fue el espacio donde las personas esclavizadas huían para hacer frente al sistema de esclavitud, se encontraban para hablar sus idiomas, expresar sus religiones y demás. En Argentina, históricamente eran los prostíbulos de mujeres negras esclavizadas. Cambiar su significado invisibiliza su historia y significado tan poderoso y potente para estas poblaciones.

De esta manera, resulta urgente que entendamos que las sociedades son racistas estructuralmente y que reproduciremos prácticas racistas en algún momento. Asumir la tarea de entender el racismo y revisar todas estas prácticas tiene que ser un imperativo ético para todas las personas. El asesinato de personas negras y afro es la expresión más violenta del racismo que impacta directamente al derecho a la vida, pero en todo momento, sea a través del lenguaje, de acciones y del privilegio, podemos reflexionar sobre el racismo y sus impactos.
En relación a la cuestión histórica sugerimos leer el libro ROSALÍA Y EL REVÉS DE LAS COSAS, de Julia Bruguet y Romina Biassoni. Una historia contada desde el punto de vista de una niña esclava, cuya mamá vive a unos pasos de donde vive ella. Un cuento para hablar de nuestra historia y repensar identidades, con actividades para reflexionar y saber más sobre la esclavitud y los afrodescendientes.
Fuente: www.impactodigital.com / Para más información: www.dalemasafro.org